El Camino Interno: Bitácora del Viajero

Aquí compartimos historias reales, momentos clave y reflexiones profundas de quienes decidieron dar el paso hacia lo nuevo.

Este espacio es para vos, que estás buscando algo más. Un viaje hacia adentro, contado en primera persona, para que sientas, conectes y te animes a vivirlo por vos mismo. A través de imágenes, relatos y reflexiones, te invitamos a recorrer las huellas que otros ya comenzaron a trazar.

Capítulo 1 – El Llamado

No fue solo un viaje.
Fue una respuesta.

Mi cuerpo estaba cansado. Mi mente, estresada. Mi espíritu aventurero… apagado.
Señales claras de una vida demasiado rutinaria, y sobre todo,
sin sentido.

Hacía tiempo que algo dentro de mí pedía salir.
No para escapar. Sino para encontrar, crear, transformar.
Para reconectarme con eso que sé que vive en mí, pero que la comodidad o lo que creía prioridades, había dejado en pausa.

Hablando con Alejandro mi hermano de Aventuras Transformadoras, nació la idea de un proyecto con alma y propósito.
allí sentimos un impulso
sincero: emprender juntos un camino donde pudiéramos compartir con otros no solo lo que sabemos, sino todo lo que hemos vivido, y experimentado de formas diferentes ambos y cada uno desde su propia impronta, pero dispuestos a multiplicarnos. Desde nuestra infancia, en la adolescencia y en esta etapa de la vida las aventuras nos marcaron y siguen marcando; fueron el escenario donde expandimos nuestra conciencia y atravesamos transformaciones profundas, reales, de esas que que dejan huellas en cuerpo y el espíritu. Y esta aventura nos lo demostró una vez más.

Bitácora de un Viaje: 3 Días de Transformación y Desarrollo Personal

Hoy, ese recorrido se transforma en propuesta:
invitar a otros a
vivir una experiencia consciente, transformadora y cercana, no como un paseo turístico más, sino como un verdadero reencuentro con uno mismo.

Una oportunidad de parar, mirar hacia adentro y dejar huellas nuevas, más auténticas, más alineadas con el propósito de vivir mejor

Pero esto que suena tan bonito, debíamos ponerlo a prueba, y así poder validar nuestro proyecto y pasar a otro nivel.

Pero como en toda aventura se vive de forma sincronizada, como "es cuando pasan muchas escenas o situaciones en una sola película", espero se entienda el concepto, para decir que me sentia en deuda con mi amigo ya que le debía una visita. desde hacía varios años y me di cuenta que somos muy exigentes a la hora de vivir y compartir, ya que cuando nos vemos las visitas las transformamos en experiencias recordadas como hitos, leyendas, verdaderas aventuras, los viajes se transforman en vivencias memorables y las ideas en proyectos movilizadores y fuerte sentimiento de transformación, es como que siempre vamos por mas y eso nos caracteriza.

Y decidimos ponerle lugar y fecha al encuentro presencial.


Junto a mi
hermano de la vida, Alejandro Norwint —guía, anfitrión y compañero de camino— le dimos forma a una experiencia piloto de tres días. Una prueba de validación que nos dijera si estamos a la altura de nuestras exigencias o debíamos seguir trabajando para mejorar día a día. Además por otro lado buscábamos o nos invitamos a hacer consciente lo que en lo cotidiano queda escondido.

“La vida se renueva cuando decidimos escuchar el llamado y movernos, aunque no sepamos a dónde nos va a llevar.”

Este capítulo comenzó en Entre Ríos y sus atardeceres mágicos, Los Conquistadores mas precisamente, un pueblito de 2000 habitantes donde vivo actualmente, pero la experiencia la íbamos a tener en la provincia de Córdoba, en los paisajes imponentes de Los Cocos, La Cumbre y Capilla del Monte. Y aunque hoy ya pasó una semana y media desde el regreso, sigo descubriendo lo que esa experiencia transformó en mí:


Cambios personales, familiares, vínculos, prioridades, decisiones…
Como si, de a poco, me fuera alineando a un camino más digno, consciente y humano.

Capítulo 2: Día 1- Partida hacia la Aventura

Jueves al atardecer. Dejé mi pueblo en Entre Ríos y tomé un colectivo hacia Córdoba Capital.
Con el amanecer,
caminé hacia la estación. El tren hacia Capilla del Monte —recién reactivado tras una pausa— me esperaba. Y ese detalle fue simbólico: algo dentro de mí también volvía a ponerse en marcha.

Durante el trayecto, la vida se mostró: paisajes que cambiaban, músicos ambulantes, rostros desconocidos que compartían el camino y aunque no hablábamos entre sí, se podía sentir que íbamos todos en el mismo tren. Lo del tren punto y a parte.

Vivi un Viaje a mi niñez y recordé cuando hace más de 40 años yo me visualizo con 6 años de edad, rcuando junto a mis padres hicimos aquel viaje aventura en tren, desde Concordia a Buenos Aires y luego de allí hasta Córdoba con el objetivo de visitar a mi hermana que estaba haciendo su primer año de Odontología en "La Docta" eran como 30 horas de viaje, ni contarles que en Buenos Aires teníamos que hacer trasbordo a otra estación he ir de aqui para alla haciendo coincidir tiempo y espacio, y todo aquello se constituía ante mis ojos como una hermosa aventura, subirse al tren aunque demore más, y tengamos que superar obstáculos todo el tiempo para llegar al objetivo, eso sin duda se constituyo en mi como una estructura, que es disfrutar el proceso podes demorar mas pero lo estas haciendo con gozo proposito y placer. este recuerdo queria compartirlo para que entendamos como impacta en los niños las vivencias en aquellos primeros años, tanto las buenas como las malas se arraigan y se llevan.

Pero volvamos al presente

Una contractura en la pierna me había frenado días atrás. Pero ahí estaba, avanzando.
Alejandro y Amador me recibieron en la estación de Capilla del Monte, y nos dimos ese gran abrazo de 10 años de espera!. Y prácticamente sin pausa, subimos al Mástil de Los Cocos, jaja un cerro de 1.200 msnm.

Capítulo 3: Día 2- Las Pruebas y Revelaciones

“Quien sube una montaña no es el mismo que baja.”

El segundo día comenzó temprano. Y con él, las preguntas:


¿Quién soy? ¿Qué vine a soltar? ¿Qué estoy listo para recibir?

Mientras tomábamos mate y despertábamos como buenos descendiente de la Banda Oriental, escuchamos "La Ilusión del Mundo según Ramana Maharshi". Más tarde, sin apuros, fuimos hasta la base del cerro. Allí, Alejandro saludó a sus amigos y colegas de aventuras, que, debido a su trabajo como guía y responsable de un parque aventura —pero más que nada por su carisma y sabiduría natural surgida de sus vivencias personales—, se percibe en la mirada de los otros el reconocimiento de alguien alguien con expertise y prestigio en la montaña y tambien records que Alejandro humildemente prefiere guardar como logros personales, alejados de vanidad.

Allí conocí a Víctor, un Campeón de la Vida. Sobrevivió a una caída de un precipicio de más de 12 metros. Entre miles de kilómetros recorridos en la montaña, bastones y trail running, se cruzan en este camino personas con historia y misticismo: "los verdaderos extraterrestres del Cerro Uritorco."

Luego del llenado de la declaración jurada, emprendimos la subida al Cerro Uritorco, catalogado por medios de comunicación internacionales como uno de los lugares más misteriosos de Sudamérica. Aunque nosotros fuimos a tener una conexión con la montaña, el Cóndor vuelve a aparecer ese día, brindándonos mayor confirmación de que íbamos por el camino correcto.

A pesar del cansancio del viaje, mi cuerpo respondió, al principio cuando realicé los 20 primeros pasos, recuerdo que por mas de un año, lo mas alto que he subido era el cordón de la vereda de la llanura donde vivo. Pero poco a poco fui subiendo, y sintiendo en la realidad aquello que solo era un deseo o una idea, cuando llegamos a la cumbre me dice que la habíamos subido en la mitad del tiempo que habitualmente suben los visitantes. Bueno dije estoy muy bien entonces y sentía como si algo más grande me empujara.

En un momento divisó a lo lejos detrás de unos cerros, lo que podría ser un Cóndor, es donde Alejandro me dice que si se acercaba a donde

estábamos eso sin dudas podía ser una señal de buenos augurios, ya que hay una creencia popular al respecto, es como decir que nuestro proyecto va por buen camino y agregó, hay que estar atentos a todas las señales. y así fue que una sombra se proyecta en mis pies, era aquel Cóndor haciéndonos un vuelo rasante antes de hacer la cumbre del Mástil de Los Cocos, esas señales nutrió de significado tanto esfuerzo proyectado, género emoción, cohesión, misticismo y todo lo que necesita una gran aventura.

Terminamos ese primer cerro muy felices. Nos hicimos una escapada hasta La Cumbre, a conocer el Parque Aventura El Rosario, dentro del predio Estancias El Rosario. Allí nos llenamos los ojos de verde, un espacio pensado para la familia y grupos en general, ideal para ponerse a prueba en un lugar con los máximos estándares de seguridad, disfrutando de arborismo, palestra, arco y flechas, tirolesas y puentes colgantes.

Aventura El Rosario es el lugar que el Proyecto le dio un papel protagónico y central, ya que es el epicentro de la aventura. Es acá donde niñas, niños, familias enteras, grupos corporativos, amigos y parejas podrán sentirse desafiados. Un equipo comprometido y humano te ayuda a superar cada obstáculo, haciéndote vivir una experiencia de transformación única: salir de tu zona de confort de forma divertida y aprendiendo a cada paso realizado.

Antes de finalizar la visita, decidimos recorrer la zona y fuimos al Dique San Jerónimo, un lugar con mucha calma y energía tranquila, como el agua mansa de su lago artificial entre las sierras.

Este primer día no termina acá... pero te dejo unas fotos para disfrutar de lo que te estoy relatando.

Luego de este itinerario intensivo, fuimos al natatorio de La Cumbre, a relajar para lo que se venía al otro día, pileta donde Alejandro entrena habitualmente. El agua ayudó a soltar las piernas y a relajar el cuerpo después del primer esfuerzo.

Por la noche compartimos una cena en familia. Nos alimentamos de forma equilibrada para recuperar y guardar, con abundante sabor y sentido: choripanes, aceitunas, huevos, arroz integral, quesos, pan, almendras y nueces. Todo acompañado por charlas largas. Entre Alejandro y Lula también se sumaba Amador, quien sería el resultado del amor entre estas dos grandes personas.

Los conozco desde hace más de 12 años, y hemos logrado forjar una amistad de esas que no se pueden negar. Siento haber sido un testigo fiel del amor y el resultado de ello: un gran hogar han construido, gurises, se los quiere con el alma.

Para hidratarnos, mates, agua fresca y esa sensación de estar volviendo a un vínculo que nunca se cortó. Recordamos los orígenes de nuestra amistad, cómo fue creciendo, el nacimiento de nuestros hijos y, claro, también aquellos momentos que quizás no siempre fueron de color de rosa… pero así es la vida, y vale la pena vivirla, entre anécdotas y silencios llenos de conexión.

Fue una velada íntima, profunda, cargada de afecto y sin apuros.

También aprovechamos para repasar los detalles del proyecto, visualizar su alcance y confirmar que lo que estamos gestando tiene una gran propuesta de valor.

La exigencia física fue grande, pero la emocional, aún mayor.

Vengo de una rutina de oficina, de metas ajenas, de silencios postergados. Vengo a aventurarme. Lo físico es solo una herramienta para subir desde el interior, descubrirme nuevamente, en aceptar, en ver más allá de lo que nos quieren hacer ver… y que nosotros permitimos influenciar.Allí, en la subida, como que todo fue aclarando. Entendí el poder de la altura: el subir te aclara la mente, el ruido se apaga. Y una voz interna, más clara y auténtica, aparece en cada palabra compartida. Sentía como que podía expresar cosas con facilidad, reflexionando en cada obstáculo, en cada oportunidad. Pude ver la vida misma.

Cada paso era parte del proceso. Alejandro me guiaba con sabiduría, a veces con silencios y otras con preguntas. Cada descanso era solo la foto de rigor y continuar, con ritmo y sin pausa. Al llegar al 6to descanso en Pampilla, a 1680 mts, ¿a quién vemos? Nuevamente al Cóndor, una señal más que nos confirmaba del todo que estábamos en el momento y lugar correcto. Y recuerdo las palabras de Alejandro antes de ir a la aventura: “El Uritorco te abraza o te rechaza.” ¡Wow! Fue una frase con una carga de desafío extra.

Pero allí estaba, pidiendo permiso para entrarle con mucho respeto y humildad. Esa aparición nos motivó aún más. La dificultad que llevaba hasta allí, de repente, desapareció. Comencé a sentirme con más oxígeno, más fuerza en las piernas. Ese último tramo me tocaba liderar o guiar el camino, ya que en cada descanso uno de nosotros tiraba de forma alternada.

En los momentos que lo hacía Alejandro, yo no hablaba, apenas respiraba para seguir adelante y cumplir dignamente con el propósito que venía a cumplir. En un momento dado, Alejandro me dice: “Bueno Walter, es hora de salir de la zona de confort.” Y yo dije y pensé que ya había salido de mi zona de confort… pero no. Uno siempre puede dar más, uno tiene como condición humana poder un poco más, y es allí donde llega el darse cuenta: que puedo, que puedo cambiar y transformarme, y transformar el mundo que me rodea.

Alejandro me dice: “Vamos a tomar por el filo o la quebrada de los Comechingones.” Yo buscaba el camino alternativo, que no existía. Había que inventarlo. Me encuentro con una roca frente a mí, de 3 metros de alto, la cual tuve que ir abrazando y bordear para seguir subiendo casi verticalmente. Alejandro me decía: “Pedile permiso a la montaña”, y eso pareciera haber ayudado a que los caminos se abran.

Y es allí que, en menos de 20 minutos, estábamos muy cerca de la cima, la cual trepamos con decisión y mucho esfuerzo físico, al menos para mí. Allí la conquistamos. Alejandro me dijo, hemos demorado 1 hora 55 minutos en subirla, y eso es bueno le pregunto, me dice el tiempo promedio es en 4 horas y 5 horas. Ojo, quienes hemos competido alguna vez ya sea contra otros o contra sí mismo, el tiempo es también una unidad de análisis que me sirve como parámetro para superarlos si fuera necesario. Una aventura tiene que tener un encuadre bien definido, el tiempo y el espacio si que es importante es donde se genera esa transformación natural, y cada uno debe ponerse sus propios objetivos

Lo vivi como un verdadero logro, un objetivo cumplido, pero ahora faltaba regresar a la base, mucho por delante, pero ya no éramos los que habíamos subido. La Bajada para otra entrega.

Continuará...